La colección familiar

Desde hace varias generaciones mi familia paterna, Córdoba Sevillano, y la materna, González Rodríguez, han registrado su vida en fotografías y películas. Durante varias décadas cada vez que un anciano de mi familia moría mis padres heredaban los álbumes fotográficos, que se iban apilando en la biblioteca. En 2017 comenzamos a revisar el contenido y nos encontramos con un enorme patrimonio en el que se narra casi un siglo de la vida cotidiana de dos familias antioqueñas del siglo XX.

Se trata de once álbumes y varias cajas con fotos, negativos, diapositivas, contactos y películas de cine de 8mm que fueron tomados entre 1920 y 1970 aproximadamente, y que suman cerca de 3500 fotografías. Posteriormente me entregaron la colección de las fotos de mi familia nuclear, que va de 1971 hasta 2007, cuando llegó la fotografía digital. Para guardar estos casi diez mil soportes en papel fue necesario adecuar un espacio dentro de la casa que se mantuvo cerrado y oscuro con un deshumidificador encendido veinticuatro horas, al que llamamos el baño patrimonial.

La colección está dividida en dos secciones: una incluye las fotos más antiguas donde hay identificados cinco fondos:  Fondo Córdoba Sevillano (en proceso de inventario); Fotos profesionales de Enrique González Mesa (Beca ICPA 2019); Álbumes de María Lastenia Córdoba Maya (Beca ICPA 2020); Álbum de María Helena González Mesa (Beca Mincultura 2022) y Álbum de Juan Rodríguez Arango, que actualmente está en proceso de consecución de recursos.  Adicionalmente hay una caja de películas de cine de 8mm que filmó mi padre, Carlos Ignacio Córdoba Sevillano entre 1959 y 1974 (Beca ICPA 2021). La otra parte de la colección corresponde a los contenidos tomados desde 1971, material con el que todavía no se ha desarrollado ningún proceso diferente a su almacenamiento.

La colección sigue creciendo, pues constantemente la familia nos entrega material fílmico y fotográfico que estaba guardado para adicionarlo a lo existente, por esto fue necesario adaptar un nuevo espacio con cajas plásticas para alojar los cientos de soportes que continúan llegando.

Nuestro objetivo es inventariar, realizar primeros auxilios, digitalizar, hacer corrección digital, archivo y divulgación de cada uno de los fondos que intervenimos, pues tenemos claro que los archivos familiares son fundamentales para proteger la memoria colectiva y ampliar el diálogo social, bajo la premisa de que en los álbumes y películas caseras que se guardan en los hogares, se esconden claves esenciales para conocernos y entender nuestro presente.

La recuperación y cuidado de este archivo es una apuesta por rescatar la dimensión de la fotografía y el cine familiar como prácticas sociales que calaron muy profundamente en la sociedad antioqueña. Las construcciones de otras narrativas alrededor de la memoria posibilitan futuros trabajos de investigación que se pregunten sobre la forma en que se entretejieron tradiciones, costumbres y rituales que se instituyeron como identidades propias de la región antioqueña.

Además de los estímulos a los que hemos accedido de parte del Instituto de Cultura y Patrimonio de Antioquia y del Ministerio de Cultura de Colombia, hemos también recibido el apoyo de la Biblioteca Pública Piloto y de la Cinemateca Distrital de Medellín, que nos han guiado en los procesos técnicos que estamos desarrollando.